Obras son amores y no buenas razones.
Amor y buena fe, en las obras se ve.
Aquel que ama, él mismo se ata y mata.
Voluntad que ama, él mismo se ata y se mata.
Mucho ama quien pierde la vida por su dama.
El amor no sabe tener miedo.
Amor nunca dice basta

Habitualmente conocemos mujeres con una curiosa disposición al sacrificio y a la entrega en sus relaciones
sentimentales. Hablamos de mujeres que lo dan todo sin esperar nada a cambio, mujeres que se someten a sus
parejas y cuyo esfuerzo y sacrificio son incansables.
Según teorías religiosas la unión entre el hombre y la mujer y especialmente la creación de la mujer, son
realidades que Dios ha querido instituir para asegurar la supervivencia de la humanidad, no solo física, sino social y
cultural. Desde su inicio, Dios creó la figura de la mujer para la procreación y la educación de los hijos.
Como animales que somos tenemos dos claros instintos que perduran con el paso de las décadas: la supervivencia y
la reproducción. El instinto de la reproducción va ligado indudablemente al del instinto maternal.
Se trata de un instinto ligado principalmente al genero femenino. La mujer adquiere durante su creación instintos que las hacen superdotadas en cuanto a la crianza se refiere.
Por que cuando nace un bebé, aunque ambos progenitores sientan adoración por la criatura, siempre es la madre la que se encarga en profundidad de su bebé. Ella lo ha llevado en su vientre y es ese uno de los motivos que lo hacen suyo y que al mismo tiempo la hacen también responsable de todo aquello que le suceda.
Sucede lo mismo que con los animales, es ella quien tiene que cuidar de su cría, es ella quien posterga sus necesidades en nombre de las necesidades del bebé.
Solo una mujer puede dar su vida de forma incondicional por su bebe, pues es ella la única que siempre está presente en el momento del parto. Las mujeres darían su tiempo, su energía, su cuerpo y su vida si fuera necesario para proteger a su bebe.
Mujeres que sienten un impulso irrefrenable de satisfacer las necesidades de ese bebé con tan solo escuchar el llanto de su cachorro. No puede desviarse y hacer algo que no sea consolar, cuidar, alimentar o acunar a su bebé.
Solo ella puede parir al niño y amamantarlo. Solo podría ser la figura de la mujer la única capaz de no dormir, por muy agotada que se sienta, de no comer por hambrienta que esté y de no poder pensar en sus necesidades más básicas, si siente que su bebé la necesita....
Este instinto maternal llevado a un extremo puede tener implicaciones patológicas como puede ser ejercer estas funciones y cualidades fuera del contexto para el que está prevista.
Es decir, muchas mujeres ven a sus parejas como hijos, es tan grande la entrega que sus intereses e incluso ella misma pasan a un segundo plano. Actúa como una madre durante los primeros meses de vida de su bebé, en esas semanas a la madre no le queda más remedio que ofrecerle una entrega incondicional puesto que el bebé esta indefenso y su dependencia es completamente absoluta. Por ello la madre hace una entrega total, olvidándose de sus necesidades por un largo periodo de tiempo.
La semejanza es obvia, en el ejemplo de la madre y el bebé si el bebé llora la madre se olvida de comer o de dormir, en el caso de la mujer dependiente y el hombre es exactamente igual, ella hará lo que haga falta por el olvidándose incluso de sus propias necesidades básicas.
Si el bebé llora, le chilla o la ensucia ella no se enfada, lo mira con ternura...¡¡es su bebé!!
En las relaciones dependiente sucede exactamente lo mismo, da igual que el la humille, la mienta o la trate mal, ella continuará a su total disposición, arrastrándose y humillándose... pues es su bebé y es el ser más maravilloso del mundo.
Surgen miles de dudas sobre este tipo de actitudes, desde mi punto de vista considero que son mujeres con la autoestima baja, mujeres que transforman en bebés a sus parejas exigíendoles una dependencia total de ellas.
De esta manera ellas se sentirán mejor, demostrarán así si gran capacidad de entrega y sacrificio, mostrarán así su gran capacidad de sacrificio, esa será su mayor recompensa.
Este instinto es completamente equivocado, ¡un hombre no es un bebé! Soportar sus humillaciones, su maltrato, sus celos, sus mentiras y su traición no nos hacen más valientes.
Pero si no bastaba con aguantar todo esto encima les perdonamos al instante, un perdón, un beso o una simple sonrisa son suficiente para dar el tema por zanjado.
Se trata de un problema cuando una sola llamada suya es suficiente para perdonar sus humillaciones, mentiras o insultos. Este tipo de 'amor' podría denominarse como amor incondicional.
Siguiente post: ¿Qué es el amor incondicional? ¿Qué supone?
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