viernes, 26 de abril de 2013

Claves para elegir la persona ideal


"El amor no mira con los ojos sino con el alma" William Shakespeare
Seguro que más de una vez os habéis preguntado si existe la persona perfecta, la pareja ideal, nuestra media naranja.. Y a decir verdad, la pareja ideal para cada uno de nosotros existe,  se trata de encontrar una persona que cumpla con nuestras expectativas reales.. eso sí.. hay que tener en cuenta el tipo de relación que queremos y deseamos..
Si tienes pareja debes mirar si realmente cumple todas tus expectativas solo así podrás saber si es la persona ideal, la persona que necesitas.
Pero... ¿elegimos deliberadamente a una pareja? o ¿simplemente es el azar quien decide unir a dos personas?
Es muy complicado saber que factores son determinantes a la hora de fijarnos en una persona... aveces conocemos a un grupo de gente y uno en concreto acapara nuestra atención, ¿por qué? por que sí... no se saben los motivos.
Imagen: Jorge Rebolledo
En nuestro caso, mujeres atadas a relaciones destructivas, solemos elegir la flor más marchita y con más espinas de todo el jardín. ¿Por qué? No se sabe.. el caso es que este jardín esta repleto de flores, flores vivas, repletas de color, de energía, de olor y de sentimientos.. y en el rincón más escondido del jardín se encuentra una flor marchita, decaída y llena de espinas... y precisamente esa es la que vamos a escoger.
Si lo miramos desde el punto de vista del instinto maternal del que hablaba en el anterior post, podríamos decir que escogemos esta flor por que la vemos más necesitada que las demás y aún viendo sus espinas y sabiendo que nos provocarán un enorme dolor...asumimos las consecuencias y la escogemos. ¿Por qué? Quizás por que lograr revivir esta flor nos hará sentirnos más dichosas y eficientes, nos permitirá poner de manifiesto nuestro extraordinario valor y capacidad de sacrificio.
Seguro que aquellas que se sienten identificadas con lo que escribo han dicho o pensado más de una vez comentarios como..."yo te ayudaré a cambiar y entonces podremos ser felices para siempre",  "voy a sacar lo mejor de ti" o "yo conseguiré ayudarte a dejar las drogas"... pero nuevamente nos engañamos.. es nuestra esperanza y nuestros deseos de que eso suceda lo que lleva a que sigamos intentándolo aunque una y otra vez los resultados no sean los esperados.
Es muy común ver personas que dicen querer una cosa y luego hacer todo lo contrario. Si lo aplicamos al ejemplo anterior.. seguro que la mujer que ha escogido esa flor marchita ha dicho miles de veces que quiere una persona leal, sincera, fiel etc etc.. sin embargo sus actos demuestran todo lo contrario puesto que ha elegido una persona que le provocará un inmenso dolor y sufrimiento.
Todos hemos escuchado mil veces las frases "voy a cambiar", "voy a dejar de beber", pero amigas.. seamos sinceras con nosotras mismas.. 'la cabra siempre tira al monte' y las personas nunca cambian.. pueden cambiar hábitos.. pero una persona con cierta edad.. no cambiará su actitud y forma de ser jamás.. por mucho esfuerzo que le pongamos al asunto.
Por eso hay que saber elegir bien, nuestra elección podrá tener efectos irreversibles. Elegir a un hombre que nos hace sufrir, que no nos tiene en cuenta, que nos trata mal, que nos engaña y que no nos es fiel.. no solo nos provocará este dolor.. su elección tendrá consecuencias adicionales, entre ellas la más importante: estamos perdiendo la oportunidad de conocer a alguien que realmente merece la pena, hemos escogido un tren descarrilado sin destino cuando en vías no muy lejanas pasan constantemente trenes que llevarían a mejor puerto.
Uno de los motivos más comunes en este tipo de elección es la ceguera que la sustenta, pasamos por alto la persona que tenemos delante inventándonos un ser a nuestra medida..
No debemos basarnos en "puede llegar a ser" por que como decía anteriormente es algo improbable, algo que nos provocará de todo menos resultados.
No hay que dejarle la elección solo a nuestro corazón, hay que tener en cuenta también nuestra voluntad ya que frecuentemente la razón y el corazón no van por el mismo camino.
Debemos elegir una persona que nos trate bien, una persona que nos respete, que nos sea leal, fiel y sincero, una persona que nos valore y sobre todo una persona que nos haga feliz.
Y por último... si elegimos a una persona inadecuada y somos conscientes de ello hay que deshacernos de esa relación cuanto antes.
Volviendo al ejemplo del segundo post de los zapatos.. compramos unos zapatos pensando que  nos van a entrar y comprobamos que realmente no nos valen y nos hacen daño.... lo mejor es devolverlos cuanto antes, que nos reembolsen el dinero y escoger unos que sean mas adecuados para nuestro pié..
Debemos aplicar esta misma filosofía a nuestra vida...
Un beso chicas!! (Y chicooooosss que se que hay muchos que también me seguís)

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viernes, 19 de abril de 2013

El amor incondicional

"Dar y no esperar nada a cambio, eso nace del corazón, eso es amor" Oscar Wilde
Como su propio nombre indica, un amor incondicional es un amor sin condiciones. Se trata de un amor que se da sin espera retribuciones ni reconocimientos, ni si quiera amor. Un amor que reconoce y acepta todas las cosas, incluso aquellas que no comprende, un amor que no juzga, condena, limita, ni critica. Hablamos de un amor que no se rige por leyes, una fuerza poderosa para la cual no existe nada débil ni impotente. Un amor que nace, crece, se desarrolla y que en pocas ocasiones muere. El amor es condicional y cuestionable
sin embargo el amor incondicional no permite duda alguna. No tiene ninguna conexión con lo que sentimos por los demás ya que no podemos sentir amor incondicional por todo el mundo. Generalmente el amor incondicional se experimenta entre los miembros de una familia aunque también por una persona amada, aunque la palabra que mejor lo define sería: una persona adorada, es precisamente este amor el que voy a desarrollar. El amor incondicional exige compromiso, aceptación, lealtad, tolerancia. Esa persona no necesita hacer nada para merecer un amor así al igual que tampoco hay nada tan malo que pueda hacer para perder ese amor del que es objeto, por mucho sufrimiento que ocasione. El amor seguirá ahí, inmune a la realidad. Este tipo de amor exige un sacrificio de nuestros propios intereses y necesidades aunque por desgracia esto no se vive como una carga sino como una realización que produce un profundo bienestar en nuestro interior. Nos conformamos con hacer feliz al otro, posponiendo nuestros propios deseos. ¿Por que sucede? Según una investigación científica cuando se experimenta un amor incondicional se libera dopamina. Se trata de una sustancia química ligada a la sensación del placer.

  "No te quiero por lo que eres, sino por lo que soy yo cuando estoy contigo"
Desde mi punto de vista esto sucede porque estas personas necesitan sentirse indispensables, pero..... ¿amamos de verdad a esa persona o a la persona que nos gustaría que fuese? Imaginamos a esa persona de otra manera, con todo virtudes sin apenas un defecto, hacemos a esa persona extraordinaria cuando en realidad no lo es... pero ello nos hace sentirnos a su lado importantes, imprescindibles... Pero detengámonos un segundo, le tratamos como un rey pero verdaderamente lo consideramos un inutil, incapaz de vivir sin nuestros cuidados.
Sentimos condescendencia hacia esa persona. Pero ¡cuidado! esa condescendencia nos lleva a convertirnos en una especie de 'madre' o mejor dicho.. de exclava...
Asi que mi consejo de hoy es.. ¡¡¡ Amar incondicionalmente no significa que no podamos poner límites y que no nos hagamos respetar!!!. Nosotras también tenemos la necesidad de sentirnos queridas y respetadas. Podemos querer, pero querer de forma sana, querer sin que eso suponga olvidarnos de nosotras mismas, sin ser exclavas y sobre todo sin soportar JAMAS rechazo, humillación, falta de respeto y mucho menos maltrato.

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miércoles, 17 de abril de 2013

El amor y el instinto maternal


 Obras son amores y no buenas razones.
Amor y buena fe, en las obras se ve.
Aquel que ama, él mismo se ata y mata.
Voluntad que ama, él mismo se ata y se mata.
Mucho ama quien pierde la vida por su dama.
El amor no sabe tener miedo.
Amor nunca dice basta 


Habitualmente conocemos mujeres con una curiosa disposición al sacrificio y a la entrega en sus relaciones sentimentales. Hablamos de mujeres que lo dan todo sin esperar nada a cambio, mujeres que se someten a sus parejas y cuyo esfuerzo y sacrificio son incansables. Según teorías religiosas la unión entre el hombre y la mujer y especialmente la creación de la mujer, son realidades que Dios ha querido instituir para asegurar la supervivencia de la humanidad, no solo física, sino social y cultural. Desde su inicio, Dios creó la figura de la mujer para la procreación y la educación de los hijos. Como animales que somos tenemos dos claros instintos que perduran con el paso de las décadas: la supervivencia y la reproducción. El instinto de la reproducción va ligado indudablemente al del instinto maternal. Se trata de un instinto ligado principalmente al genero femenino. La mujer adquiere durante su creación instintos que las hacen superdotadas en cuanto a la crianza se refiere. Por que cuando nace un bebé, aunque ambos progenitores sientan adoración por la criatura, siempre es la madre la que se encarga en profundidad de su bebé. Ella lo ha llevado en su vientre y es ese uno de los motivos que lo hacen suyo y que al mismo tiempo la hacen también responsable de todo aquello que le suceda. Sucede lo mismo que con los animales, es ella quien tiene que cuidar de su cría, es ella quien posterga sus necesidades en nombre de las necesidades del bebé. Solo una mujer puede dar su vida de forma incondicional por su bebe, pues es ella la única que siempre está presente en el momento del parto. Las mujeres darían su tiempo, su energía, su cuerpo y su vida si fuera necesario para proteger a su bebe. Mujeres que sienten un impulso irrefrenable de satisfacer las necesidades de ese bebé con tan solo escuchar el llanto de su cachorro. No puede desviarse y hacer algo que no sea consolar, cuidar, alimentar o acunar a su bebé. Solo ella puede parir al niño y amamantarlo. Solo podría ser la figura de la mujer la única capaz de no dormir, por muy agotada que se sienta, de no comer por hambrienta que esté y de no poder pensar en sus necesidades más básicas, si siente que su bebé la necesita.... Este instinto maternal llevado a un extremo puede tener implicaciones patológicas como puede ser ejercer estas funciones y cualidades fuera del contexto para el que está prevista. Es decir, muchas mujeres ven a sus parejas como hijos, es tan grande la entrega que sus intereses e incluso ella misma pasan a un segundo plano. Actúa como una madre durante los primeros meses de vida de su bebé, en esas semanas a la madre no le queda más remedio que ofrecerle una entrega incondicional puesto que el bebé esta indefenso y su dependencia es completamente absoluta. Por ello la madre hace una entrega total, olvidándose de sus necesidades por un largo periodo de tiempo. La semejanza es obvia, en el ejemplo de la madre y el bebé si el bebé llora la madre se olvida de comer o de dormir, en el caso de la mujer dependiente y el hombre es exactamente igual, ella hará lo que haga falta por el olvidándose incluso de sus propias necesidades básicas. Si el bebé llora, le chilla o la ensucia ella no se enfada, lo mira con ternura...¡¡es su bebé!! En las relaciones dependiente sucede exactamente lo mismo, da igual que el la humille, la mienta o la trate mal, ella continuará a su total disposición, arrastrándose y humillándose... pues es su bebé y es el ser más maravilloso del mundo. Surgen miles de dudas sobre este tipo de actitudes, desde mi punto de vista considero que son mujeres con la autoestima baja, mujeres que transforman en bebés a sus parejas exigíendoles una dependencia total de ellas. De esta manera ellas se sentirán mejor, demostrarán así si gran capacidad de entrega y sacrificio, mostrarán así su gran capacidad de sacrificio, esa será su mayor recompensa. Este instinto es completamente equivocado, ¡un hombre no es un bebé! Soportar sus humillaciones, su maltrato, sus celos, sus mentiras y su traición no nos hacen más valientes. Pero si no bastaba con aguantar todo esto encima les perdonamos al instante, un perdón, un beso o una simple sonrisa son suficiente para dar el tema por zanjado. Se trata de un problema cuando una sola llamada suya es suficiente para perdonar sus humillaciones, mentiras o insultos. Este tipo de 'amor' podría denominarse como amor incondicional.

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viernes, 12 de abril de 2013

¡¡ Qué bien se ven los toros desde la barrera !!


“Todas las pasiones son buenas cuando uno es dueño de ellas y todas son malas cuando nos esclavizan”  Jean Jackes Rousseau
 Seguro que la mayoría de lectores que me siguen entienden lo que explico pero estoy segura que tan solo unos cuantos se sienten identificados y comprenderán a la perfección lo que expresan mis palabras, porque ellos/as mismos/as lo han sufrido en sus propias carnes (en este blog me refiero siempre a la mujer como la víctima aunque está claro que también es aplicable al hombre).
Solo quien se encuentra dentro de este círculo vicioso sabe los ‘síntomas’ que deja esta ‘enfermedad’ porque desde fuera se observa la REALIDAD y tengo que recordar que estas relaciones no son realidad, no son normalidad, son historias abstractas, de otro mundo, de otra dimensión, historias que resultan complicadas de comprender para aquellos que no lo viven en primera persona, ¡jamás lo entenderán!
Imagen de Santo Tomás Moro
Sin duda cuando se ven los toros desde la barrera no parece tan complicado ‘el arte del toreo’, pero muchas veces por muy bien que esté preparado el torero, por muy concienciado que esté y por mucho esfuerzo y dedicación que haya dedicado, recuerden que nos encontramos frente a un ‘toro’ indomable, duro como una roca,  ágil y de bravura indomable, características incambiables por que esa es su naturaleza.
Desde la barrera es muy fácil afirmar: ¡A mí nunca me pararía nada similar!, ¡yo no me dejaría engañar de esa forma! o ¡yo me haría respetar!
No obstante cuando una persona está enamorada de forma incondicional y cuando se implica en este tipo de relaciones pasionales y destructivas, todo se ve diferente, de otro color. Sin embargo el ‘toro’, que no ve, que para el no existen los colores, seguirá corriendo hacia el frente, sin pudor, sin compasión,  llevándose todo aquello que pille por delante, sin importarle el sufrimiento ni el esfuerzo del torero.
Y es que para muchos el amor es una carga, una cruz que llevan a cuestas porque no saben, no quieren o no pueden amar y querer de una manera más saludable.
Estas personas se consumen, se agotan, se debilitan y se marchitan como una flor en el desierto.
El amor les exige demasiado y dejan ser ellos mismos en el afán de sacar a flote una relación tan irracional como angustiante.
Esto no es amor, es intoxicación afectiva. El amor no exige sufrir, ni perder el norte, ni mucho menos alterar su identidad, ¡hay que vivir el amor, no morir por su culpa!
Pero nos encontramos ante una ceguera emocional, es por este motivo por el que la visión de la ‘víctima’ nada tiene que ver con la de una persona ajena.
El sentimiento decidió por ellos y les arrastró con la misma fuerza que lleva un río desbordado. Por que el amor dispone de una inercia que puede desembocar en cualquier parte sino se interviene y se impone la voluntad a tiempo.
Son personas atrapadas en niños emocionales, personas que ruegan, que suplican, que se arrastran, que se humillan y que esperan milagros.
Personas que no son conscientes de la necesidad que tienen de llevar a cabo una revolución afectiva y retomar de nuevo las riendas de su vida.


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lunes, 8 de abril de 2013

Cuando el corazón se antepone al raciocinio


Aunque no son conscientes de ello, las mujeres involucradas en este tipo de relaciones destructivas son mujeres que no se quieren a sí mismas, o podría decirse que no se quieren como deberían. Su carácter y personalidad se contradicen constantemente; en sus palabras reflejan que quieren una cosa pero en realidad sus actos demuestran que quieren otra totalmente contraria.
Aunque a simple vista parezcan mujeres débiles en el fondo no lo son, son mujeres fuertes y poderosas, o eso es lo que ellas creen. Son mujeres que piensan que son tan poderosas como para salvar por amor todas las dificultades que se le presentan en el camino, aunque esto les cueste la vida, aunque les cueste dejarse la piel.
El problema es que en este esfuerzo y sacrificio por sortear las piedras del camino estas mujeres están perdiendo la autoestima. En otras palabras, estas mujeres han invertido tan mal su amor propio que se quedan sin autoestima.
Este intento de éxito (fallido) en una relación que no funcionará NUNCA no solo les provocará una pérdida importante de autoestima sino también un constante sufrimiento que irá siempre acompañado de humillación e impotencia.
¿Impotencia por que? Impotencia a que no sirva para nada el esfuerzo, impotencia por que parece que aunque intentes hacer las cosas bien el resultado siempre será negativo y sobre todo un esfuerzo que NUNCA será valorado.
Lo que está claro es que son mujeres que se introducen en una espiral vertiginosa sin apenas darse cuenta. A nadie en su sano juicio se le ocurrirá apostar por una relación no sana como la que describo en este blog. Nadie se mete en estas relaciones deliberadamente  Pero las cosas cambian enormemente cuando entra en juego la pasión y el corazón. El juicio y la realidad desaparecen y cometemos actuaciones que no nos benefician en absoluto, actuaciones que sin darnos cuenta nos harán salir derrotadas de la contienda.
Invertimos nuestro esfuerzo, tiempo y prácticamente nuestra vida entera en una relación que solo aporta sufrimiento, ¡y no será fácil encontrar el camino de regreso! ¿Porqué? Por que cuando la interesada se da cuenta ya no sirve retroceder, ya es tarde y se encuentra atrapada en un mundo del que no le será fácil salir.
El simple hecho de darse cuenta del problema es un gran paso, pero desafortunadamente no es un día ni dos el tiempo que pasa hasta que esto sucede.
¿Quién le hubiese dicho a estas mujeres tan independientes, inteligentes y seguras de si mismas que iban a confiar a ciegas en un hombre así? ¿Quién les iba a decir que serían estafadas afectivamente de esta manera? ¿Quién les iba a decir que adquirirían una dependencia emocional tan fuerte?

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domingo, 7 de abril de 2013

Mujeres mansas, sumisas y complacientes...

Existen mujeres que sufren el conocido 'mal de amor', no me refiero con esto a mujeres que sufran maltrato físico, me refiero a mujeres enzarzadas en relaciones imposibles y destructivas, mujeres sometidas a un llanto constante por un amor imposible, mujeres que pasan la mayor parte de su vida 'enganchadas' a ese amor sin futuro.
Hablamos de mujeres mansas, sumisas, complacientes, que luchan lo imposible por un amor que nos les merece. Mujeres que se desviven por sacar adelante una relación que no tiene ni pies ni cabeza, mujeres incansables, sometidas a la esperanza de un 'va a cambiar', mujeres que no se cansan de esperar y esperar, mujeres que se arrastran, mujeres engañadas, traicionadas y un largo etcétera.
Se trata de mujeres valiosas, extraordinarias, mujeres que suelen ser independientes, inteligentes y trabajadoras, pero al mismo tiempo son mujeres que son valientes para todo excepto para deshacerse de ese hombre que no les quiere como se merece.

Hablamos de un hombre que normalmente suele tener la autoestima baja, por lo que aprovecha nuestra 'debilidad' para humillarnos y sentirse de esa manera superior a nosotras (normalmente no lo son).
Son hombres con adicciones (alcohol, drogas, juego, etc), hombres celosos, posesivos, machistas, hombres egoístas, ignorantes, hombres que sin darse cuenta (o conscientes de ello) consumen nuestra vida poquito a poco.

¿El problema? Que muchas de ellas no son conscientes del problema en el que se hallan inmersas. Para ellas no es un hombre perfecto, pero es al que quieren, al que desean, al que adoran. No ven los miles de inconvenientes que supone esa relación, no ven que se trata de una relación sin futuro y menos aún que se trata de una relación que las está consumiendo.
Los que si lo ven son los que están a su alrededor, es como si llevase unos zapatos dos tallas menor, unos zapatos que no le sientan bien y que le hacen daño pero que ella insiste en ponerse a pesar del sufrimiento que le suponen. Mientras, el resto de la gente ve como se tambalea y sabe que tarde o temprano esos zapatos acabarán haciéndole 'rozadura', una rozadura que será complicado curar si no se detiene a tiempo. Ella, en su mundo de ignorancia, no se da cuenta de que no es mas que una mujer que sufre y que se siente profundamente desgraciada.


Próximo Post: ¿Qué tipo de mujeres suelen ser más vulnerables a esta 'enfermedad'?

Introducción

No somos una ni dos las mujeres que nos atamos a relaciones destructivas sin futuro.
A lo largo de los años son muchos los ámbitos que las mujeres hemos conquistado: la independencia económica, la igualdad de condiciones (por la que aún seguimos luchando), el derecho al sufrágio o decidir cuando y con quien tener hijos y casarnos. Son pequeñas victorias que a los ojos de los hombres muchas veces no representan relevancia, pero en cambio para nosotras significa mucho, nadie ha regalado nada a las mujeres a lo largo de la historia, ¡nos lo hemos ganado todo solitas!
Sin embargo esa fortaleza brilla por su ausencia en otros terrenos como por ejemplo en el amor.
Todos conocemos a alguna mujer que no es querida como debería, que se merece mucho más de lo que tiene, que se encuentra eclipsada a una relación destructiva de la que no sabe como salir...

Mujeres cuyos lamentos resuenan en un mundo que otras muchas dan por conquistado.
Muchas quizás vivís esta tragedia (me permito la licencia de llamarlo así por que es como una especie de enfermedad terminal que se apodera de tí lentamente), otros sin embargo no lo vivís de primera mano pero conocéis a muchas personas que si que lo sufren y no entendéis sus pensamientos o su manera de actuar, por ello en este blog quiero adentrar en este mundo, quiero desgranar el corazón y la razón de estas mujeres, elementos que se enfrentan constantemente en una auténtica batalla campal en la que prácticamente el 98% de los casos es vencida por el corazón, quedando la razón en un segundo plano.
Estoy segura que más de una se va a ver identificada con lo que explicaré, no solo identificada sino también comprendida porque como decía anteriormente: se trata de una enfermedad incomprendida, tan solo los que la padecen pueden llegar a entender el porqué de ciertas actuaciones o ciertas posiciones.
Os recomiendo que me sigáis y que recomendéis este blog a todas aquellas personas que sufren este 'mal de amor', incluso también a aquellas que luchan por intentar, sin éxito, comprender a una persona querida.